domingo, 4 de diciembre de 2011

El abuelo Constantino

Don Constantino tiene la manía de salir a buscar el diario en ojotas, incluyendo en invierno, no dice nada cuando lo vemos con los dedos azules, porque sabe que no lo tendría que hacer.
Cierta vez, su señora harta de calentar agua para la bolsa caliente (aclaro que estaba harta porque se sentía muy dolida en la zona lumbar por haber estado cepillando el piso de la entrada de color marrón... y ella quería convertirlo en blanco, por obra y magia del jabón neutro... no le fue muy bien)le sugirió unas pantuflas para el invierno, para abrigar los deditos al salir a la calle. Don Constantino la miró con dulzura y amablemente le dijo "gracias querida, pero no".
Dnña Elvia no se dió por vencida, pensó que su marido es un caprichoso, así que de mañana se fue a la despensa de la esquina, en el almacén del Polaco, eligió un par de pantuflas y las envolvió en regalo...
Y ésta fue la reacción de su marido... el mañoso.

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